Lo que fue algo de conocimiento público y
sólo negado por los ‘militantes’ nacionales y populares, va quedando cada vez
más al descubierto. El relato fantástico del ladri progresismo kirchnerista se
asentó en el manejo oscuro y fraudulento de una caja gigantesca alimentada con
recursos públicos. Estos sirvieron no sólo para mantener a una cantidad
irracional de medios de propagando oficial, sino para hacer jugosos y
lucrativos negocios a cuanto empresario, corsario o mercenario se acercara al
poder político K. Mientras hubiera dinero (por supuesto proveniente del trabajo
de los argentinos y no del bolsillo de la máxima conducción) había voluntarios
para poner su medio, su pluma y su figura al servicio de la causa
‘nac&pop’.
Pero los tiempos políticos cambiaron para
el kirchnerismo y su tropa, y ya sin los generosos aportes oficiales va
quedando al desnudo la farsa del relato K. Y en paralelo, van mostrando sus
verdaderos rostros los ‘prósperos’ empresarios que llenaron sus arcas con el
dinero de la pauta oficial y por otras múltiples vías, que ofrecieron sus
espacios para difundir la propaganda veneno de un supuesto proyecto ‘nacional y
popular’, ocultando a la vez la entrega del país y el saqueo de nuestras
riquezas a favor de las corporaciones transnacionales, y por supuesto negando
todos los actos de corrupción que se multiplicaron al infinito en todos los
niveles de gobierno.
Más abajo una muestra más de esta nueva
realidad (que es una más entre tantas), de un poder que sin caja abundante con
dinero de los otros se va desvaneciendo, y de una conducta que hace difícil
seguir sosteniendo ‘desde el llano’ una farsa que sólo sirvió para ejercer el
gobierno al servicio del proyecto dominante.
El duro ajuste de Cristóbal en CN23 y el rol de La
Cámpora
Crisis
en los medios K Cristóbal
López y De Sousa pretenden 100 “retiros voluntarios”, con el brazo ejecutor de
una dirigente camporista.
Alejandro Alfie -
17/03/16
A
20 días de que los empresarios kirchneristas Cristóbal López y Fabián de Sousa
despidieran a 118 empleados de la cadena de noticias CN23, parece vislumbrarse
un duro final del conflicto, a través de negociaciones que se llevan adelante
en el Ministerio de Trabajo.
El
próximo lunes vence la conciliación obligatoria y las partes en conflicto –el
Grupo Indalo y el gremio de la TV SATSAID– estarían en condiciones de firmar un
masivo plan de retiros voluntarios que propuso la empresa.
Pese
al hermetismo que rodea las negociaciones, todo indica que el lunes comenzará a
abrirse la puerta para concretar unos 100 retiros voluntarios y alrededor de 20
reincorporaciones, que se sumarían a los 43 empleados que siguieron trabajando
dentro del canal.
Pero,
a la vez, en estos días de conflicto quedó muy claro el rol del gobierno K en
la expansión de Grupo Indalo en los medios de comunicación, así como el rol de
La Cámpora en la ejecución de los despidos, a través de Desiré Cano, gerenta de
Grupo Indalo, ex encargada de prensa del bloque de diputados kirchnerista y
esposa del ex subsecretario de Comunicación Pública del gobierno anterior,
Hernán Reibel Meier, amigo íntimo de Máximo Kirchner.
Fabián
de Sousa puso a Desiré Cano de “comisario político” en sus medios de
comunicación, por la sintonía que tiene el socio de Cristóbal con La Cámpora.
El día de los 119 despidos, ella estaba en la puerta del canal y tenía bajo un
brazo una carpeta con las planillas de los despedidos. Su otro brazo exhibía el
tatuaje “no fue magia”.
Cano
ocupó una de las principales oficinas del canal, bajo la premisa de ajustar los
gastos. Es que “había mucha gente en el canal y en C5N se hacía lo mismo con
menos empleados”, se le escuchó decir a la dirigente camporista.
Fuentes
de Indalo dejaron trascender que los empleados de CN23 producían un 27% de lo
que hacían los de C5N, pero con un 60% más de gente. Y explicaban que los
estudios de CN23 son alquilados, con todo el personal técnico incluido.
También
contaron que antes ingresaban $ 8,5 millones de publicidad mensual, de los
cuales $ 7 millones eran de publicidad oficial; y que había gastos
desmesurados, como los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas gratuitas para
casi todo el personal que trabajaba ahí.
Mientras
Desiré Cano ejecutaba los despidos, los diputados Andrés “Cuervo” Larroque y
Máximo Kirchner se solidarizaban con los empleados despedidos y protestaban por
el “vaciamiento del Grupo 23” ,
pese a que fue un grupo creado por el kirchnerismo, en base a dinero de la publicidad
oficial, cuyo fundador y cabeza visible, Sergio Szpolski, fue candidato a
intendente de Tigre por el kirchnerismo en las últimas elecciones, con el
acompañamiento de La Cámpora.
Los
movimientos que se producen en CN23 se dan junto con la disolución del Grupo
23, de Szpolski y Matías Garfunkel, el otro grupo de medios kirchnerista, que
pasó a tener un porcentaje minoritario de Indalo, luego de cederles CN23, el
diario gratuito El Argentino y el 50% de FM Vorterix.
En
simultáneo, Szpolski y Garfunkel vendieron el diario Tiempo Argentino y Radio
América a un polémico empresario correntino, Mariano Martínez Rojas, que
todavía les debe tres meses de sueldo y el aguinaldo a sus empleados. De hecho,
el diario dejó de publicarse y la radio sólo emite música, para evitar que el
Ente Nacional de Comunicaciones le quite su licencia.
Bajo
esa sombra oscura, unos 100 trabajadores de CN23 están por firmar sus retiros
voluntarios. Es cierto, no fue magia.
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