domingo, 20 de marzo de 2016

C N 23 Corrupcion y Relato K.

Lo que fue algo de conocimiento público y sólo negado por los ‘militantes’ nacionales y populares, va quedando cada vez más al descubierto. El relato fantástico del ladri progresismo kirchnerista se asentó en el manejo oscuro y fraudulento de una caja gigantesca alimentada con recursos públicos. Estos sirvieron no sólo para mantener a una cantidad irracional de medios de propagando oficial, sino para hacer jugosos y lucrativos negocios a cuanto empresario, corsario o mercenario se acercara al poder político K. Mientras hubiera dinero (por supuesto proveniente del trabajo de los argentinos y no del bolsillo de la máxima conducción) había voluntarios para poner su medio, su pluma y su figura al servicio de la causa ‘nac&pop’.
Pero los tiempos políticos cambiaron para el kirchnerismo y su tropa, y ya sin los generosos aportes oficiales va quedando al desnudo la farsa del relato K. Y en paralelo, van mostrando sus verdaderos rostros los ‘prósperos’ empresarios que llenaron sus arcas con el dinero de la pauta oficial y por otras múltiples vías, que ofrecieron sus espacios para difundir la propaganda veneno de un supuesto proyecto ‘nacional y popular’, ocultando a la vez la entrega del país y el saqueo de nuestras riquezas a favor de las corporaciones transnacionales, y por supuesto negando todos los actos de corrupción que se multiplicaron al infinito en todos los niveles de gobierno.
Más abajo una muestra más de esta nueva realidad (que es una más entre tantas), de un poder que sin caja abundante con dinero de los otros se va desvaneciendo, y de una conducta que hace difícil seguir sosteniendo ‘desde el llano’ una farsa que sólo sirvió para ejercer el gobierno al servicio del proyecto dominante.

El duro ajuste de Cristóbal en CN23 y el rol de La Cámpora
Crisis en los medios K Cristóbal López y De Sousa pretenden 100 “retiros voluntarios”, con el brazo ejecutor de una dirigente camporista.
  Alejandro Alfie  - 17/03/16
A 20 días de que los empresarios kirchneristas Cristóbal López y Fabián de Sousa despidieran a 118 empleados de la cadena de noticias CN23, parece vislumbrarse un duro final del conflicto, a través de negociaciones que se llevan adelante en el Ministerio de Trabajo.
El próximo lunes vence la conciliación obligatoria y las partes en conflicto –el Grupo Indalo y el gremio de la TV SATSAID– estarían en condiciones de firmar un masivo plan de retiros voluntarios que propuso la empresa.
Pese al hermetismo que rodea las negociaciones, todo indica que el lunes comenzará a abrirse la puerta para concretar unos 100 retiros voluntarios y alrededor de 20 reincorporaciones, que se sumarían a los 43 empleados que siguieron trabajando dentro del canal.
Pero, a la vez, en estos días de conflicto quedó muy claro el rol del gobierno K en la expansión de Grupo Indalo en los medios de comunicación, así como el rol de La Cámpora en la ejecución de los despidos, a través de Desiré Cano, gerenta de Grupo Indalo, ex encargada de prensa del bloque de diputados kirchnerista y esposa del ex subsecretario de Comunicación Pública del gobierno anterior, Hernán Reibel Meier, amigo íntimo de Máximo Kirchner.
Fabián de Sousa puso a Desiré Cano de “comisario político” en sus medios de comunicación, por la sintonía que tiene el socio de Cristóbal con La Cámpora. El día de los 119 despidos, ella estaba en la puerta del canal y tenía bajo un brazo una carpeta con las planillas de los despedidos. Su otro brazo exhibía el tatuaje “no fue magia”.
Cano ocupó una de las principales oficinas del canal, bajo la premisa de ajustar los gastos. Es que “había mucha gente en el canal y en C5N se hacía lo mismo con menos empleados”, se le escuchó decir a la dirigente camporista.
Fuentes de Indalo dejaron trascender que los empleados de CN23 producían un 27% de lo que hacían los de C5N, pero con un 60% más de gente. Y explicaban que los estudios de CN23 son alquilados, con todo el personal técnico incluido.
También contaron que antes ingresaban $ 8,5 millones de publicidad mensual, de los cuales $ 7 millones eran de publicidad oficial; y que había gastos desmesurados, como los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas gratuitas para casi todo el personal que trabajaba ahí.
Mientras Desiré Cano ejecutaba los despidos, los diputados Andrés “Cuervo” Larroque y Máximo Kirchner se solidarizaban con los empleados despedidos y protestaban por el “vaciamiento del Grupo 23”, pese a que fue un grupo creado por el kirchnerismo, en base a dinero de la publicidad oficial, cuyo fundador y cabeza visible, Sergio Szpolski, fue candidato a intendente de Tigre por el kirchnerismo en las últimas elecciones, con el acompañamiento de La Cámpora.
Los movimientos que se producen en CN23 se dan junto con la disolución del Grupo 23, de Szpolski y Matías Garfunkel, el otro grupo de medios kirchnerista, que pasó a tener un porcentaje minoritario de Indalo, luego de cederles CN23, el diario gratuito El Argentino y el 50% de FM Vorterix.
En simultáneo, Szpolski y Garfunkel vendieron el diario Tiempo Argentino y Radio América a un polémico empresario correntino, Mariano Martínez Rojas, que todavía les debe tres meses de sueldo y el aguinaldo a sus empleados. De hecho, el diario dejó de publicarse y la radio sólo emite música, para evitar que el Ente Nacional de Comunicaciones le quite su licencia.
Bajo esa sombra oscura, unos 100 trabajadores de CN23 están por firmar sus retiros voluntarios. Es cierto, no fue magia.


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