Trabajadores de prensa se movilizan y expresan su adhesión al periodista
Murano, que fue condenado judicialmente por reproducir información de fuentes
oficiales. De nuevo la libertad de expresión está amenazada, en este caso por
jueces argentinos que desconocen los legítimos derechos de la comunicación y
los tratados internacionales
TRABAJADORXS DE PRENSA No a la mordaza
Agencia
Walsh | 28
de Marzo de 2013
El Colectivo de Trabajadores de
Prensa (CTP) expresa su enérgico repudio por el acto de censura indirecta que
constituye la atribución de responsabilidad civil o penal a los trabajadores de
prensa por el prudente y razonable ejercicio de la profesión, como es el caso
del periodista Adrián Murano, condenado judicialmente por la reproducción de
información de fuentes oficiales en la revista La Primera ; en un antecedente
que, por su fuerza expansiva, supone una amenaza para el conjunto del gremio.
Contra la
doctrina más calificada en materia de libertad de expresión, Adrián Murano fue
condenado al pago de una reparación económica, en concepto de daños y
perjuicios, a la sociedad Estevanez Producciones S.A, a raíz de haber
reproducido, en 2002, una lista de personas públicas investigadas por la AFIP , difundida por el propio
organismo recaudador y replicada en muchos otros medios.
El fallo,
resuelto por la magistrada a cargo del Juzgado Civil y Comercial Nro. 95, Nora
C. González de Roselló, espera en forma inminente en el dictado de la sentencia
definitiva por parte de la Sala
M de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial.
El
precedente judicial contra Murano supone un grave riesgo para el libre
ejercicio de la profesión periodística y marcha a contramano de una calificada
línea doctrinaria y jurisprudencial que exime de responsabilidad a los
periodistas, aun en el caso de errores informativos, cuando se acredita que
obraron en forma diligente y con razonable prudencia.
La
autoridad y carácter público de la fuente -la propia AFIP- eximían en este caso
al periodista de mayores indagaciones. Es la posición que sentó el juez Carlos
Fayt en el célebre precedente "Campillay" (15-5-1986), donde
estableció un principio medular: "La calidad de la fuente exoneraba a la
prensa de indagar sobre la veracidad de los hechos".
Posteriormente,
Hoy el
caso Murano emula aquel triste derrotero judicial y amenaza con silenciar a la
prensa.
Colectivo de Trabajadores y Trabajadoras de Prensa (CTP)
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